Por Raúl Fernández Rivero
Ulises Guilarte de Nacimiento Secretario General de la Central «Única» de Trabajadores de Cuba, (y lo de «única» es muy serio, no se puede intentar crear una central democrática de trabajadores en Cuba) se reunió en Vietnam con los más altos líderes del país. Viene de visitar el gigante Chino- que ya no está dormido, sino muy bien despierto- y conversar sobre el «Socialismo con Mercado», que los chinos y vietnamitas nombran como la versión autóctona del Socialismo Moderno.
Nadie con conocimiento de la estructura del Sistema Cubano, ni remotamente piensa que habrá cambios políticos y menos democráticos con la nueva constitución, posiblemente ya en lo básico redactada, y a la que cientos de disciplinados seguidores darán respaldo después de semanas o meses discutiendo sobre si en inciso «a» se pone después del «g» o sigue de primero, pero nadie hará cambios sustanciales a lo ya redactado que presente el Jefe del Partido y por consiguiente del país, el general R. Castro, heredero del que te conté.
¿Para qué entonces todo ese aparataje de nueva constitución?
Me atrevo a pronosticar que el artificioso y complejo proceso, es solo para copiarse, con la ayuda de China y Vietnam, la teoría del Socialismo con Mercado.
Con lo relativo a los DD.HH y muy en particular con libertad de prensa y opinión, no se hagan ilusiones. No sueñen, que el despertar será terrible.
Los asiáticos son pueblos muy disciplinados y muy nacionalistas, y en ellos la preocupación se centra en buscar mejorar la calidad de vida y la seguridad. Con eso son felices. Han pasado hambrunas y tiranías por siglos, un emperador o un rey sustituía a otro y un tiranuelo al otro y nada cambiaba.
El último tirano, el tal Mao, mató 30 millones -a lo mejor me quedo corto- y no mejoró mucho la vida, pero desde Deng Xiaoping en 1978 la cosa cambió. Y eso de que «ser rico es malo» dejó de ser un absoluto principio. Puedes ser rico, lo que no puedes ser es disidente del Partido Comunista. Y Vietnam se montó en la teoría Chinaque hoy, con mucha propiedad, los Burós Políticos de ambos países promueven y enseñan a los cubanos.
Cambios económicos se producirán, pero políticos para nada….
Para hacer esos cambios no sólo hay que buscar apoyo económico y político Chino y Vietnamita, potencias orientales en pleno desarrollo, el “Raulismo” cubano actual, deberá hacer una buena limpieza interna de los extremistas del Socialismo Estalinista y de los progresistas que buscan libertades públicas y respeto a los DD.HH. en la isla caribeña.
Pienso en días tristes para Cuba.