LA ESCURRIDIZA INVERSIÓN EXTRANJERA EN CUBA Por Miriam Leiva

Rodrigo Malmierca atrajo titulares por participar en el Foro de Davos 2019, denostado por el gobierno de Cuba durante años como una concertación  de los grandes políticos y empresarios capitalistas  para expoliar las riquezas de los países. «Cuba informará sobre actualización modelo económico y política atracción capital extranjero», tuiteó El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera al llegar.

Sin embargo, el cambio tan dramático evidencia la desesperada situación de la economía nacional sin recursos para la recuperación a corto plazo, mucho menos para la elevada inversión en la formación bruta de capital fijo indispensable para el desarrollo.   Por consiguiente,  la inversión extranjera directa (IED) resulta imprescindible, tanto que de ser considerada “complemento del esfuerzo inversionista nacional” en los Lineamentos para la Actualización del Modelo Económico aprobados en 2011, pasó a “elemento importante para el desarrollo económico del país” en el proyecto de nueva Constitución de 2019.

Las circunstancias políticas y económicas del viraje hacia el Foro de Davos con la asistencia de Malmiera se asemejan a las que motivaron la presencia del vicepresidente Carlos Lage en 1995, que fue seguida por la aprobación de la Ley No. 77 de Inversión Extranjera. Fidel Castro se preparaba para los cambios en la Unión de Repúblicas Socialista Soviéticas, acelerados después de la muerte de su gran aliado Brezhnev en 1982.  El Comandante suspendió el pago de las deudas eternas en 1986,  y en  1988 comenzó la apertura a la participación extranjera en el turismo, el níquel y el petróleo, fundamentalmente. Entonces consideró la perestroika  peligrosa y opuesta a los principios del socialismo, en el discurso del 26 de julio. Durante la visita de Mijail Gorbachov en junio de 1989 se ahondaron las divergencias, y el Comandante proclamó que si desaparecía la URSS, la revolución cubana seguiría adelante en su alocución del 26 de julio.    En 1992 comenzó el Período Especial en Tiempos de Paz, y se incluyó en la Constitución de la República el reconocimiento de los derechos de propiedad de sociedades y asociaciones con capital extranjero. En 1993 se autorizó el mercado libre campesino y la tenencia de dólares; en 1994 el Producto Interno Bruto (PIB) había caído en 35%, nunca se ha restablecido el nivel de entonces,  se construyeron balsas a la luz pública para escapar a Estados Unidos, en agosto ocurrió el disturbio conocido como “Maleconazo”, y  en diciembre Hugo Chávez, recién salido de la cárcel luego del intento de golpe de estado, visitó Cuba.

El Coronel llegó a presidente en diciembre de 1998 y en 2000 se firmó el acuerdo para el suministro de 53 000 barriles de petróleo diarios a Cuba con precios preferenciales y facilidades de pago, a cambio de medicamentos, equipos y, sobre todo,  los servicios médicos convertidos en la principal fuente neta de divisas.  Esto ocasionó la reversión de la limitada apertura al sector privado, lo que cercenó su repercusión positiva, asi como a las empresas.  Raúl Castro recibió el batón súbitamente por la grave enfermedad de Fidel Castro en 2006, con la economía asfixiada y sin posibilidades de encontrar otro mecenas, cuando disminuyera o cesara Venezuela.

Otro inconveniente deceso en 2013, el de Hugo Chávez, complicó nuevamente al totalitarismo cubano. Ese año se  dictó el Decreto-Ley No. 313 “De la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM)”, y en 2014 la Ley No 118 de Inversión Extranjera.  A medida que aumentan las tensiones político-económicas en Venezuela, revitalizadas por la nueva toma de posesión de Nicolás Maduro en diciembre de 2018, la catástrofe económica previsible, revitaliza el Período Especial.

Coinciden en ambas etapas, la intensificación de la confrontación con los Estados Unidos, mediante el embargo comercial con la promulgación de la conocida como Ley  Helms Burton en 1996, y las medidas de Donald Trump en 2018.  La política proactiva del presidente Obama desde 2009 para el envío de remesas y los viajes de los cubano-americanos culminó el 17 de diciembre de 2014 con el anuncio del próximo restablecimiento de las relaciones diplomáticas, el retorno a los respectivos países  del contratista Alan Gross y los 3 de los 5 espías prisioneros. Los acuerdos podrían haber sido mayores, si las autoridades cubanas no los hubieran dilatado, convencidos de que Hillary Clinton ganaría las elecciones y continuaría la aproximación.  El presidente Trump revirtió la política, prácticamente ha cerrado las embajadas, mientras los vínculos Cuba-Venezuela incrementan las tensiones. La cancelación solo por 45 días del Título III de la Ley Helms/Burton sobre las reclamaciones de las propiedades confiscadas, no seis meses como se ha realizado desde su promulgación, podría incrementar la cautela de los inversionistas, sobre todo aquellos con propiedades en Estados Unidos.

En cuanto a la inversión extranjera directa,  difícilmente el gobierno logre los 2,5 mil millones de dólares de inversiones anuales, a pesar de la Cartera de Oportunidades de Negocios presentada en la Feria Comercial de La Habana, que en realidad se ha convertido en feria para promover la IED. En agosto de 2018 se publicaron el Decreto No 347 y tres resoluciones con el objetivo de agilizar los procesos de negociación y presentación de los proyectos de Inversión Extranjera en Cuba, con la eliminación del estudio de factibilidad como requisito previo y la flexibilización de los pasos para la confección del expediente que debe presentar cada inversionista y otros documentos.  Las elevadas instancias de aprobación, los  prolongados trámites burocráticos, la falta de entrenamiento para las negociaciones en el mundo competitivo actual,  y los temores de los directivos a ser enjuiciados por sus decisiones, que nunca antes pudieron realizar, han sido lastres para el avance de la IED. Como un gran logro los directivos de la ZED Mariel anunciaron el establecimiento de la “ventanilla única” para los trámites, asi como la fijación de los períodos de respuestas en cada uno de los distintos organismos implicados. 

No obstante, la obligatoriedad de contratar y pagar al personal a través de las agencias empleadoras del gobierno es rechazada por los inversionistas, debido a no tener control real sobre los trabajadores y la falta de eficiencia por los bajos salarios entregados.  Esto ha ocasionado que empresas hayan importado personal extranjero con más elevada productividad, principalmente por los altos sueldos en relación con los nativos, discriminados y explotados por el Estado revolucionario y socialista. Aunque se sustituyó la Resolución No. 16 del 2014 del MTSS relacionada al Régimen Laboral en la Inversión Extranjera por la Resolución 14 del 2018, no se especifica sobre la formalización del trabajo, las funciones de la entidad empleadora, las remuneraciones por el trabajo, así como las relaciones entre la entidad empleadora y la empresa.También la dualidad monetaria y las tasas cambiarias inciden negativamente, de ahí la reiteración del Ministro Malmierca de que la unificación será pronto.

Desde la aprobación de la Ley No 118 en 2014,  los capitales recibidos no superan los 1 000 millones, un promedio anual de 200 millones, excluyendo el crédito recibido del gobierno brasileño para la construcción de la terminal de contenedores del Mariel. Aunque el ministro Malmierca informó que en el período se ha comprometido capital por 5 500 millones de dólares, y que actualmente están en fase avanzada de negociación más de 30 proyectos (energía, industrias, construcción, minería, agroalimentario y biofarmacéutico), por un monto superior a   1 500 millones de dólares, según Granma, el 10 de enero.

Por lo antes mencionado, no resulta fácil que lleguen las IED, especialmente si el gobierno cubano no elimina las barreras y no abre las posibilidades de participación a los cubanos residentes en el archipiélago y en el exterior.

Miriam Leiva

Periodista Independiente

La Habana 28  enero de 2019

Deja un comentario