El hambre no es una estrategia.

La Mesa de Unidad de Acción Democrática (Muad) rechaza la situación de desabastecimientos y escasez de alimentos en Cuba.

Las imágenes de las aglomeraciones, las peleas y el estrés social que se vive en las tiendas de alimentos, cuyos precios exceden la suma de varios salarios medios cuando se le quiere servir a una familia más de dos o tres veces en una semana, no enoja: escandaliza.

Es una vergüenza que el Gobierno cubano se pronuncie con tanta parsimonia y los medios de difusión hablen de crecimientos productivos, mientras los cubanos corren en desbandada frente a la noticia de que en algún mercado hay pollo congelado. La ausencia de estos alimentos no obedece a falta de liquidez alguna, toda vez que los cubanos pagamos un precio que excede el que por sus similares se paga en el resto del mundo.

El desabastecimiento como medio de generar un estado de opinión contrario a las medidas de presión implementadas por el Gobierno de los Estados Unidos, desconoce que es sobre seres humanos que se apoya. Desde el año 2001 los Estados Unidos ignoraron el embargo a Cuba y liberaron la venta de alimentos por razones humanitarias.

El uso con fines políticos de las difíciles condiciones alimentarias, la exageración de la liturgia de la resistencia y la inculpación del embargo estadounidense son una estrategia. La hemos vivido por sesenta años y la sufrimos en los años noventa del pasado siglo de manera cruel. Pero es una estrategia perversa.

Desde que Raúl Castro asumió el poder en el 2006, generó expectativas al criticar el desabastecimiento y promover medidas importantes para el desarrollo del sector privado, en un ambiente general de búsqueda de resultados.

Hoy es posible decir que ningún grupo productivo ha tenido mayores resultados en los años transcurridos que los emprendedores cubanos. Resultados acompañados de productos dirigidos a las necesidades de la población, con precios asequibles y un sorprendente reencuentro con el buen trato y la política de respeto hacia el cliente. Nada semejante, ni en el monto de los salarios de los trabajadores relacionados con el sector, ni en la calidad de sus servicios y la utilidad para los cubanos, pueden exhibir la inversión extranjera ni la llamada empresa estatal socialista, que siguen siendo, sin embargo, los que disfrutan de la explotación de grandes áreas de desarrollo económico, ejércitos de asalariados y exenciones fiscales de las que carecen los emprendedores cubanos.

Esa es otra estrategia y es más humana. Liberar de ataduras a los emprendedores, reconocer su personalidad jurídica y permitir la importación amplia de cuantas necesidades tienen, no solo para los descendientes de quienes hoy detentan el poder en Cuba y que incursionan con todas las ventajas en el sector, sino para el conjunto de la nación. Del mismo modo levantar las prohibiciones absurdas que impiden la producción campesina y ganadera. Facilitar la adquisición de medios de transporte modernos, el desarrollo de industrias de procesamiento, refrigeración y derivados. En resumen, que el Estado deje de estorbar la capacidad productiva de la nación y se convierta en su facilitador. Esa es la demanda esencial que desde la Muad hacemos al gobierno de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, carente de la legitimidad que otorga el ser elegido por el pueblo, pero obligado por la responsabilidad del cargo que ocupa. Si le parece una tarea imposible, le instamos a que se eche a un lado, sobramos los cubanos y cubanas que la podemos emprender con responsabilidad y respeto.

Por último, deseamos recordar que para la Muad no son los derechos económicos una entidad disociada de los derechos políticos. La Libertad en términos democráticos los incluye todos. Por eso demandamos al régimen cubano que ratifique los Pactos Internacionales de Derechos Humanos que los contemplan como un sistema indisociable. Deseamos recordar al sector privado que la mira no debe estar puesta solo en el crecimiento de los negocios, sino en producir para clientes libres y hacerlo con trabajadores soberanos. Es la única estrategia digna de nuestra condición humana.

 

Secretaria Ejecutiva de la Muad La Habana, 21 de mayo de 2019

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