CRÓNICA 19 – DEL 14 DE ENERO DE 2018 Año nuevo vida nueva. Pero La lucha continua.

Estimados amigos y relacionados,

Esta mi primera crónica del año comienza por darle gracias a Dios Todopoderoso por haberme permitido llegar hasta ustedes con estas modestas apreciaciones, agradeciendo el tiempo dedicado a leerlas; y a muchos el haberlas  respondido y comentado. Al comenzar esta nueva jornada, primero que todo debo expresar mis mejores deseos de salud prosperidad y paz, aunque haya factores adversos que intenten fomentar el odio y la desesperanza entre los hombres de buena voluntad.

Por mi parte he arribado al año 2018, con el mejor de los ánimos, para expresar de forma contundente, lo que pienso de esta larga pesadilla impuesta en este país que muchos llamaron Tierra de Gracia desde el arribo de Cristóbal Colón a sus hermosas playas.

¡Qué más quisiera yo!,  cuando me siento frente al ordenador que expresar bienaventuranzas y alegrías de la nación venezolana, pero por ahora eso no es posible; solo puedo ofrecer lo que anida en mi corazón, que son las esperanzas ciertas de un futuro mejor para Venezuela.

Un amigo, experimentado periodista  a quien mucho aprecio, al leer mis crónicas me recomendó: – “Debes centrarte en un solo tema o asunto sin tocar otros que dispersen la lectura”. Creo que tiene toda la razón; pero es tan compleja la situación actual que no puedo sustraerme de abordar elementos que creo son fundamentales, por ejemplo: acaba de cerrarse otra  de las consabidas reuniones en  República Dominicana con la pretensión fallida de lograr acuerdos entre el gobierno de Venezuela y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que no es otra cosa sino la concertación de un grupo de partidos y partiditos, pero no es  la unión verdadera de las fuerzas vivas que legítimamente adversan los desafueros de este miserable engendro del mal que significa el mal llamado Socialismo del Siglo XXI. Parodiando al desaparecido escritor Gabriel García Márquez era ese encuentro en la hermosa Quisqueya: – “La Crónica de una muerte anunciada”. En otras palabras lo que el presidente Maduro y sus corifeos llaman Diálogo y la MUD Negociación una vez más terminó en NADA, aunque los voceros del régimen anuncien avances importantes en “la gran mayoría de los puntos” y Julio Borges, jefe de la delegación de la MUD  expresó que persistían “nudos para llegar a acuerdos a una solución concreta, práctica y de progreso para todos los venezolanos”. Pues esto me parece una  tableta de VALIUM  para calmar la ansiedad de  una buena parte de este país que esperaba expectante resultados positivos para enrumbar el destino de Venezuela en un nuevo camino de libertad justicia social y paz  Debo decir que esos llamados “Nudos” serán de seguro,  la piedra de tranca de todo este proceso. Son nada más y nada menos que  las cuestiones más sensibles que se les exige a esta banda de forajidos  que no ceden a ejercer su poder totalitario- Debemos reconocer los esfuerzos del presidente de República Dominicana Don Danilo Medina  y su Canciller, así como a los Representantes de los países amigos que acompañaron este nuevo fallido intento. Y para seguir en el juego ya se ha fijado una nueva fecha para el día 18 de enero próximo, como diríamos en el argot beisbolero: – “la bola pica y se extiende”. Pero amanecerá y veremos.

Mientras la MUD ya entiende que no se puede ceder en principios y valores inobjetables para una nación democrática, concluimos que en efecto, al decir de uno de los más lúcidos asesores de la  MUD como lo es el economista Asdrúbal Oliveros que afirmó: – “No hay acuerdo;  es mejor cero acuerdo que un acuerdo malo; la crisis se agrava frente a un gobierno indolente que se niega a una salida institucional.

No puedo dejar de mencionar los análisis clarísimos y las precisas orientaciones de la Conferencia de Obispos Católicos   reunidos la pasada semana que con claridad meridiana y firmeza encomiable, ya ha señalado el camino correcto para salir de este insondable abismo.
En la conmemoración hoy de la Virgen Divina Pastora, pedimos que su manto misericordioso derrame sus bienaventuranzas para toda la nación venezolana.

Pedro Pérez Castro

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