Tomás Núñez Magdariaga se muere. Raúl Castro quiere que su títere Miguel Díaz-Canel también tenga sus muertos. Él y Fidel tuvieron demasiados.
SANTIAGO DE CUBA.- Sesenta y dos días en huelga de hambre reclamando justicia. Su inocencia está probada hace más de un mes y todo parece indicar que la dictadura le quiere muerto por ser un ciudadano valiente, negro, homosexual, rebelde y partidario de la democracia. La más sencilla lógica dice que ante un caso así, hasta el más torpe gobernante hubiese ordenado su liberación, no por bondad, sino por las consecuencias. Sin embargo, sigue preso cuando los médicos dicen que su vida se acerca a su fin.
Tomás Núñez Madariaga, 66 años de edad, miembro de la Unión Patriótica de Cuba, UNPACU, y promotor de Cuba Decide en Palma Soriano, lleva dos meses en huelga de hambre, encadenado a una cama y fuertemente custodiado en la Sala de Dermatología del Hospital General “Juan Bruno Zayas”, en Santiago de Cuba. Durante los últimos siete días se ha negado a recibir nutrientes por vía parenteral y rechaza toda atención médica.
Tomás fue condenado por el Tribunal Municipal de Palma Soriano el pasado 14 de agosto a un año de privación de libertad por un falso delito de Amenazas. Le acusó Aldo Rosales Montoya, confeso colaborador de la policía política bajo el seudónimo de “Cristian”. Desde el momento en que le sancionaron arbitrariamente Núñez Magdariaga se declaró en huelga de hambre. No estaba dispuesto a cumplir una segunda condena injusta, como venganza del régimen por su activismo político.
Desde que Tomás inició su protesta, la policía política del régimen y los carceleros le han sometido a todo tipo de tratos crueles e inhumanos con la intención de hacerle desistir de su justo reclamo. Actualmente, a pesar de su crítico estado, le mantienen encadenado y le torturan psicológicamente elaborando suculentos platos que ponen a escasos centímetros de la cama donde muere lentamente. La mayor parte del tiempo impiden que sus familiares le puedan ver.
A los treinta días en huelga de hambre, su falso acusador confesó que todo lo había planificado el Mayor de la Seguridad del Estado Damián Vázquez, alias Norberto. Aldo Rosales explicó en un video y también por escrito, que el oficial de la policía política le presionó y le ofreció casa, empleo y seguridad a cambio de la falsa acusación. En Cuba no existen tribunales independientes e imparciales. El agente aseguró que la condena ya estaba decidida porque Tomás era en esos momentos el alma del activismo opositor en Palma Soriano.
El acusador se presentó ante el Tribunal que condenó a Núñez Magdariaga, explicó la verdad y pidió la liberación de la víctima de tan evidente injusticia. Escribió al Tribunal Supremo, a la Fiscalía General de la República y al Ministro de Justicia. Expreso que prefería ir preso o morir antes de que por su culpa muriese un inocente. Ante el silencio de los que debían resolver el caso, Rosales intentó suicidarse. Le encontraron sin sentido frente a la vivienda de Tomás.
Durante las últimas semanas el caso de Núñez Magdariaga ha sido muy mencionado por importantes medios de prensa. El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, el Departamento de Estado de EEUU, partidos políticos españoles, el senador Marco Rubio, Amnistía Internacional, y el arzobispo de Santiago de Cuba, entre otros, han intercedido a favor de la vida del huelguista. Contra toda lógica, el régimen demora la solución del caso, cuando con una simple orden lo resolverían en segundos.
¿Por qué este comportamiento estúpido a la vez que cruel? Hay varias explicaciones o combinaciones de factores, ¿cuáles estarán en juego?: El régimen teme que de hacerle justicia a Núñez Magdariaga otros muchos inocentes que cumplen injusta prisión también reclamarían enérgicamente su libertad. Ya han tenido que ceder en otros casos. La tiranía quiere que muera para alimentar el terror, sin el cual se vendría abajo. La dictadura piensa que no importa un crimen más, pues ahí están los casos de Venezuela y Nicaragua. Y EEUU no es el de tiempos de Reagan y Bush padre, cuando intercedió en Granada y Panamá por cuestiones menos graves.
Yo me quedo con una de estas dos o con una tenebrosa combinación de ambas: Raúl Castro quiere que su títere Miguel Díaz-Canel también tenga sus muertos. Él y Fidel tuvieron demasiados. O Díaz-Canel quiere demostrar que él es tan malvado como sus maestros a los cuales debe fidelidad y gratitud, sobre todo a Raúl, por haberle convertido en su heredero y dejarle jugar al Presidente. ¡Que alguien me ayude a entender! Ya han muerto dos miembros de UNPACU en prisión. Wilman Villar murió donde mismo tienen a Tomás Núñez Magdariaga.