CUBA Y LOS CAMBIOS POR VENIR. UN ASUNTO DE DELFINES

Raúl, que siempre fue un admirador de la Gran China Roja, miraba con buen ánimo la política de Deng  Siao Ping, sobre “Socialismo con Impronta China”. Pero el hermano mayor era un pro soviético recalcitrante. Nada que hacer mientras el barbudo inclemente estuviera con vida.

CUBA Y LOS CAMBIOS POR VENIR. UN ASUNTO DE DELFINES.

Por Raúl Fernández Rivero

En los días pasados y presentes, la designación (nunca elección) del Sr. Diaz-Canel como presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de la República de Cuba, ha sido una constante fuente de comentarios y análisis. La mayoría insistiendo en que nada cambia en Cuba con la sustitución de los cargos señalados. Y es cierto, acorde a la Constitución de la Isla, es el Partido Comunista quien dirige y manda,  y su jefe (el Secretario General del Buró Político) sigue siendo el General de 4 estrellas Raúl Castro.

Se mantienen  inamovibles las condiciones actuales y las decisiones futuras, que pasarán todas por la aprobación del general, según su delfín sustituto se esmeró en señalar. Todo en el contexto general de la administración, se regirá por los anteriores esquemas.

Pero hay que profundizar.

Raúl Castro tomó el mando ante la enfermedad de su hermano, y éste era una barrera psicológica y efectiva imposible de superar. El nuevo mandatario, se dedicó a realizar cambios menores pero orientados al futuro, en todo aquello que no  molestara al hermano enfermo, pero superpoderoso.

Así Raúl habló de las múltiples prohibiciones innecesarias que regían en el país y hasta se ocupó de suprimir algunas, incluso se aventuró en el Congreso del Partido, a plantear una serie de decisiones que deberían ser implementadas antes de las elecciones de este año. Hubo toda una marcada referencia a la importancia de la implementación de estas decisiones, hasta el punto de nombrar un Vicepresidente (el Sr. Murillo) para “la implementación de los Acuerdos del Congreso”. Que se extendían,  desde  la unificación monetaria, hasta la revisión de las leyes sobre el Trabajo por Cuenta Propia.

Y el hermano menor un día apareció en la TV diciendo que no se había cumplido con los acuerdos y que una serie de medidas aprobadas no se habían logrado ni siguiera conformar  y mucho menos implementar. La retahíla de excusas para explicar el incumplimiento, -como es habitual en lo regímenes autoritarios- eran una sarta de sandeces.

Y vayamos al grano, ni Raúl ni sus acompañantes  estaban  decididos a tomar las decisiones necesarias, mientras el nonagenario enfermo,  pero muy vigilante hermano mayor, estuviera vivo.  Nada se haría que pudiera incomodar al histórico Jefe.  Mientras,  se fueron adelantando las cosas. Incluida la partida del hermano menor, avisando que después de 10 años en el cargo, abandonaría la presidencia.  Pero se se aseguró de buscar un sustituto apropiado a sus deseos, de fidelidad probada por años. Su delfín.

Raúl, que siempre fue un admirador de la Gran China Roja, miraba con buen ánimo la política de Deng  Siao Ping, sobre “Socialismo con Impronta China”. Pero el hermano mayor era un pro soviético recalcitrante. Nada que hacer mientras el barbudo inclemente estuviera con vida. Evidentemente y como tenía que suceder,  llegó un día la señora de la guadaña y le tocó la puerta. Todo terminó en una cajita en la piedra grandota, colocada cerquita de la tumba de Martí.

No pasó mucho tiempo para que el sucesor, afianzara sus relaciones con el otro delfín, el de la Gran China Roja, el Viet Nam combatiente,  hoy impulsor  frenético de la teoría del “Socialismo con Impronta China”.  Y estas relaciones terminaron con un vicepresidente Vietnamita dando conferencias Magistrales en Cuba, ante todo el Comité Central,  después,  claro está,  de poner en honda y sin titubeos,  al Buró Político. Aunque el secretismo cubano es insondable, hay pruebas de la visita de otros funcionarios de Viet Nam a Cuba  antes de ésta activa semana y de correspondientes visitas de cubanos al lejano Viet Nam.

Sólo hay que recordar la importancia que la prensa de Cuba –incluso la Municipal- dio a todo lo relativo al Socialismo con Mercado, del inteligente Vice Vietnamita.

Pero Raúl tiene sus planes claros.  Como presidente,  no será quien implemente  los cambios -que es innegable se han aprobado- será el sustituto, que sobre todo es altamente “sustituible”  si las cosas no salen bien o se aparta del libreto. Porque en los regímenes autoritarios los Máximos jefes no se equivocan y el jefe máximo es Raúl.

El Socialismo con Economía de Mercado, no tiene nada de liberal,  ni jamás en forma alguna se acompañará de libertades públicas,  o de respeto por los DD.HH. O de respeto por ningún derecho de ninguna clase. Ya los chinos han clarificado todo al respecto. Y los Vietnamitas revisaron bien e intervinieron,  por si quedaba algún resquicio por donde, una amenazante libertad, se pudiera colar en el proyecto.

Allá vamos, o mejor allá va, Díaz-Canel, a ejecutar los pasos ya aprobados y muchas veces revisados.  A él tocará unificar la moneda, revisar las formas de Emprendimientos por Cuenta Propia y sus limitaciones-nadie con dos al mismo tiempo pero con posibilidades de ampliación de las actuales- la política de inversiones extranjeras, la calificación de los trabajadores que aplicarán a las Empresa Extranjeras (incluidas las Vietnamitas y Chinas que ya se proyectan) y la reglamentación de las Empresas del Estado que o se hacen eficientes y efectivas o sus jefes recibirán en pago por sus “sacrificios”, la acostumbrada pijama.

La sorpresiva llamada del general  a prorrogar la fecha de las elecciones de la Asamblea Nacional, fue debida a las dificultades encontradas entre los radicales Fidelistas del modelo soviético y los modernistas del modelo Chino.  Nada que ver con demoras en la implementación, habían demoras en la aprobación. Hablando de Chinos, “El Chino” Raúl se impuso y se acomodó el panorama.  Además Raúl no tenía el menor interés de ir a la Cumbre de las Américas en Perú. Temía una rechifla  o tener que ver vallas desagradables en las autopistas.  Así fue que se hizo coincidir la pantomima de Elecciones Cubanas  con la Cita Americana en Lima. Ni de vaina querían tener que estar defendiendo a Venezuela o padecer los ataques a la isla, en el zaperoco andino. Para esas cosas están los agentes “voluntarios” de  la Sociedad Civil “gubernamental” cubana. Para evitar sorpresas, la Seguridad Cubana,  estaba al tanto de los planes del enemigo.

Mientras, los otros planes, para pasar a un Gobierno “civil”, estaban muy perfilados. El primer paso del nuevo presidente fue nombrar Primera Dama. Nadie con uniforme militar estará en primera fila recibiendo a los visitantes extranjeros, que ya están investigando si  el Socialismo con impronta Cubana (a lo Raúl) es viable o no. Este “gobierno” es civil.

Ni se le ocurra indagar si habrá cambios en la estructura inflexible de la policía política cubana, eso no aplica. Son cambios en busca de estabilidad económica  y productividad.

¿Garantías? ¿Para quién? Sólo para los extranjeros, los inversores. No asuman vanas esperanzas, la influencia de las mejoras económicas en los derechos civiles no están en el proyecto.

Más no desmayen, las cosas cuando cambian, si mejoran, se modifican, tanto en el pensamiento como en la cultura y el actuar. Tenemos que ver al futuro con otros ojos.  Si seguimos haciendo lo mismo  año tras año, no podemos esperar que obtengamos resultados diferentes.

Hay frente a nosotros un mundo de posibilidades inexploradas, y habrá que explorarlas.

Deja un comentario