Discurso pronunciado por el Rev. P. Gustavo Carles con motivo del 170 Aniversario del Natalicio del Prócer Cubano José Martí en el monumento del mismo en la Avenida de los Próceres el 28 de enero 2023.

«Hay hombres que pasan por esta vida: unos al poco tiempo son olvidados, consecuencia de la poca trascendencia que tuvieron en la historia, y la poca influencia en el escenario de la vida. 

Otros son olvidados, consecuencia de la mala memoria del ser humano. 

Pero hay otros que se han mantenido incólumes como “monolitos de piedra” por su influencia notoria en la historia, y así pasan a la posteridad. 

Por eso entre las grandes figuras de liberación en América, hoy una vez más recordamos al paladín de la liberación de cuba, José Martí, en el 270 aniversario de su natalicio. 

Seguramente, como apunta el poeta dominicano Miguel Angel Jiménez, “cielo y mar habaneros debieron establecer singular coloquio en la madrugada del 28 de enero de 1853 cuando en la humilde casa #102 de la angosta calle Paula, cercana a los muelles de la bahía de la Habana, donde han establecido su hogar el valenciano Mariano Martí y Navarro y la canaria Doña Leonor Pérez Cabrera, alumbra el fruto primero de sus formalizados amores. Será el único varón que procreará el matrimonio. Llevará por nombre José Julián y estará llamado al más alto destino que sus progenitores no alcanzarán a vislumbrar. 

 José Martí, como hombre americano no pensó exactamente para su época, sino que traspasando los límites del tiempo y el espacio, predijo el futuro de su pueblo y vió en el amor la fuente de toda la riqueza, en el trabajo la verdad de la subsistencia, en la lucha la posibilidad real de fundar, y en la historia de la patria chica, como primicia, el eslabón indispensable para el afianzamiento de la identidad del cubano. 

No enmarcó su ideario sólo en lo sublime y bello de las artes, sino que previó la lucha como arma de libertad, y el amor a la patria como único destino para preservar la paz entre los pueblos de América. 

En su pensamiento nos traslada la autoctonía del entorno natural y nos permite conocer que en la relación entre los hombres se condensa el amor al prójimo, y a la vida para comprender el camino de la sabiduría, la necesidad de la unión y vislumbro en las grandes figuras de la historia a los inspiradores de toda la América. 

Con su frente ancha, de pensador incansable, Martí se convirtió en el Apóstol de la independencia cubana y Americana. 

Martí hombre polifacético: pre-modernista, poeta, orador, escritor, periodista, literato, político. Es un ícono, héroe de la intelectualidad latinoamericana. 

Para Martí el “Amor a la Patria no es una declaración retórica, sino que es sentir su sufrimiento”, y yo me pregunto: ¿si hoy, en las circunstancias que sufre Cuba, con una revolución dictatorial fallida tuviéramos otros Martí, que sería de nuestra patria? 

Hombre incansable de viajes en la lucha por la libertad de Cuba, vivió mas tiempo fuera de Cuba que en ella: México, Guatemala, Venezuela, Estados Unidos, 15 años en Nueva York y fundador como fue del Partido Revolucionario Cubano, que se funda con el fin de luchar por la libertad de Cuba y Puerto Rico, lo cual dará forma definitiva al instrumento político. Y lo convierte en un personaje irrepetible. 

Él fue el alma del movimiento revolucionario para la liberación de Cuba. 

Martí logró unir a los cubanos para una acción común en pro de la Independencia, la cual sin su talento, sacrificio y previsión admirable se hubiera pospuesto indefinidamente la liberación de Cuba. 

Martí fue un ejemplo universal que lo convirtió en un héroe, que dió su vida por la libertad, la justicia y el bien de la humanidad. Pensador que predicó el respeto a la “dignidad plena del hombre”. 

Para Martí, la guerra es un mal necesario, él no era un hombre de guerra, sino un hombre de paz. Debemos reconocer que Martí no cree en la dictadura, por eso nunca hubiera sido el autor intelectual ni del Moncada, ni del 10 de marzo, ni de los fusilamientos que se dieron en la fallida revolución Cubana. 

Junto a la grandeza revolucionaria de José Martí por la liberación de Cuba corre pareja su grandeza literaria, precursor del modernismo. Uno de los más grandes escritores de la lengua castellana. Su prosa no tiene comparación. 

El literato catalán Guillermo Díaz-Plaja hablando de los prosistas americanos iniciadores del modernismo, habla así de José Martí: “pero el enlace con el modernismo nos los da Martí, ese gigantesco fenómeno de la lengua hispánica, primer creador de prosa que ha tenido el mundo hispánico”. Y continua, Martí es imposible de reflejar en un esquema crítico. Tan personal, múltiple y sorprendente es. Su prosa se nota circulada por el fuego y la sangre. Por la prisa. Transida de horizontes y de angustias. Y, sin embargo, no hay obra, no hay páginas, no hay párrafos, no hay líneas, no hay balbuceo de José Martí en que no resplandezca su actitud vigilante de escritor. No hay, en suma, “frases blancas” en él. Todo parece cargado de personalidad y, en ocasiones, más fuertemente cuando la obra es más breve y apretada. Hay fragmentos de cartas, escritos sobre el arzón del caballo, en plena manigua que son verdaderos prodigios de novedad. Frases relámpagos que asombran por su originalidad y por su eficacia. Martí es el prosista más enérgico que ha tenido América”. 

Martí, es una cantera inagotable. Siempre encontraremos facetas nuevas en Martí. Hombre de carne y hueso, pero un humanista extraordinario. 

El siempre estará vivo en nuestro pensamiento y en nuestra filosofía, porque Martí jamás ha de morir. Jamás va a pasar. Porque fue mucho lo que él sembró. 

Para el momento en que vive Cuba, dentro de una revolución fallida, y con una dictadura de 64 años, deseo terminar estas palabras mías con una frase de un discurso de José Martí: “para Cuba que sufre, la primera palabra. De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella”.

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