DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CUBA por Miriam Leiva

La conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos en Cuba es controlada por el gobierno, evidencia de su violación y la conculcación de la libertad de expresión, reunión y manifestación contemplado en los Artículos 19 y  20 de la Declaración Universal.

La Declaración Universal de Derechos Humanos cumplió 70 años. Cuba participó en su redacción. El 10 de diciembre de 1948 fue  proclamada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), constituida en 1945, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. 

El gobierno concentró las celebraciones oficiales en los niños y los jóvenes desde el 9 de diciembre, en actividades culturales con desfiles de modas, venta de galletas,  perro caliente y refrescos en algunos lugares como el Parque Ghandi, anunciado en Radio Reloj como Parque de Santa Rita, por estar al lado de la Iglesia de Miramar, y el parqueo de la Heladería Coppelia, el lugar más concurrido de La Habana. Los índices de educación y salud se divulgan como bondades de la Revolución, dádivas a la población, esconden que los cubanos los han logrado con 60 años de cesión de todos sus derechos y las promesas de un futuro próspero.

En cambio, la  precariedad en su calidad de vida continúa incrementándose por el escaso poder adquisitivo de los salarios y pensiones, los altos precios de los insuficientes productos agropecuarios y en las tiendas de venta en divisas, la escasez de medicamentos.  La nueva Constitución de la República reitera que el socialismo es irrevocable y en ningún caso este pronunciamiento puede ser reformable; el Partido Comunista, único permitido, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado, prevalece la propiedad socialista sobre los medios fundamentales de producción y la dirección planificada de la economía.

Actualmente,  las medidas para las taxis privadas en vigor desde el 7 de diciembre, han ocasionado su disminución, lo que el insuficiente transporte público no puede suplir. En la esfera de la cultura, el Decreto-Ley 349 ha destapado amplia inconformidad por las limitaciones y las prohibiciones, incluso de artistas afines al gobierno, como Luis Alberto García y Silvio Rodríguez.

En el sector de la salud, la ruptura del contrato con Brasil provocó el regreso de unos 8 000 médicos, que se enteraron por Internet, de manera que no tuvieron posibilidades de opinar sobre una decisión que debían acatar o serían considerados traidores y, en caso de incumplirla, no podrían regresar a Cuba en 8 años ni sus familias unírseles. El altruismo en lugares inhóspitos estaba unido a la necesidad de mejorar las condiciones económicas propias y de sus familias, lo cual tendrán que posponer hasta que les asignen una nueva misión.

Simultáneamente, los cubanos procuran nuevas vías para escapar a cualquier país, donde tengan oportunidades de llegar a otro mejor o quedarse según la libertad para escoger su futuro y trabajar. Mientras no lo logran, miles viajan a donde no necesiten visas para comprar y vender en Cuba, incluido Haití.  Estas opciones han sido fomentadas por el gobierno, en el caso de la emigración masiva para librarse del descontento y lograr el envío de remesas, y las importaciones para suplir sus carencias de abastecimientos y permitir el sustento, pero en cualquier momento pueden prohibirlos según sus intereses, incluidas las relaciones con esos países.

El presidente Díaz-Canel,  emitió un twitt sobre las bondades de los derechos en Cuba, en un país donde la mayoría de la población carece de Internet y se entera por los medios oficiales. La Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) emitió una declaración a nombre de la sociedad civil,  denominada revolucionaria por el Partido Comunista y única permitida.  El Seminario sobre los Derechos de la Infancia y los Adolescentes se efectuó en la Universidad de La Habana, organizado por la Facultad de Derecho, la Unión de Juristas y la ACNU, con el apoyo de UNICEF, según el Noticiero Estelar de la televisión el 10 de diciembre.

Todos somos felices en Cuba, el mejor de los mundos posibles.  Asi se muestra los cubanos a los extranjeros participantes en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, la Feria Internacional de Artesanía, los eventos culturales organizados en el marco de los festejos por el 500 aniversario de la fundación de La Habana, y otras actividades abiertas gracias a la necesidad de impulsar el turismo, la locomotora para el sostenimiento de la descarrilada economía cubana. Llama la atención que el presidente Díaz-Canel no asistió a la inauguración de esos eventos, alejado de posibles interpelaciones sobre el Decreto-Ley 349 y otros asuntos mencionados.

Ni hablar de derechos políticos,  caminatas en las calles, y reuniones en las casas convocadas por cubanos con criterios distintos a los del gobierno para conmemorar la fecha. Tan solo por eso, muchos han sido detenidos o impedidos de salir de sus hogares. Esos hechos pasan desapercibidos por los gobiernos y visitantes extranjeros, en cuyos países cientos y miles de personas tienen derecho a manifestarse mientras en Cuba se prohíbe a todos.  Aquí solo aprecian jolgorios, actividades infantiles y músicos en algunos parques.

La Habana, 11 de diciembre de 2018

Miriam Leiva

Periodista Independiente

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