‘Estamos hablando de 60.000 emigrantes mensuales, 5.000 más que el Estadio Latinoamericano de La Habana totalmente lleno.’
La estampida sin precedentes de casi dos millones de emigrantes cubanos en solo 30 meses, entre octubre de 2021 y abril de 2024, no es solo un nuevo récord cubano y continental, sino uno de los peores crímenes del régimen castrista, pues golpea muy duro a Cuba hoy, y también hace más difícil y costosa la reconstrucción del país en el postcastrismo.
Agrava una crisis demográfica que ya incluye más muertes que nacimientos en la Isla, erosiona pueblo y capital humano. La ONU acaba de estimar en su estudio sobre «Las perspectivas de la población mundial» que la población de Cuba no llegará a los seis millones de habitantes en 2100.
El éxodo de 1,79 millones de cubanos en tan poco tiempo fue constatado por el economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos en un acucioso estudio independiente que realizó recientemente.
Y quiero aclarar algo. No se trata de que egoístamente quienes ya emigramos nos opongamos ahora a que otros hagan lo mismo. Es que la mayoría de los ya emigrados nunca nos habríamos ido del país de no haber existido el castrismo-comunismo, porque no habría habido motivos para emigrar de un país que, además de ser nuestra patria, probablemente ya estaría en el Primer Mundo, o muy cerca, con una economía de hecho ensamblada con la de EEUU.
Esa conclusión conduce a otra aclaración. Habitualmente se asume que los cubanos emigramos por motivos económicos. Aquí nuevamente las apariencias engañan. Esa es una percepción periférica del problema. La causa, aunque ya no perceptible a primera vista, es política. Porque fue el castrismo el que destrozó la otrora pujante economía cubana y el causante del desastre socioeconómico actual.
Récord en América: Cuba perdió 1/5 de su población en 30 meses
Cuba ahora ostenta en América dos récords muy difíciles de superar. Es el país que más inmigrantes recibió en la primera mitad del siglo XX en menos tiempo en proporción a su población total y tamaño geográfico. Y también es ahora el mayor emisor de emigrantes en menos tiempo, también según su tamaño poblacional. Estamos hablando de 60.000 emigrantes mensuales, (5.000 más que el Estadio Latinoamericano de La Habana totalmente lleno).
También el profesor Albizu-Campos (residente en Cuba) descubrió que la población total de Cuba en 2021 no era de 11,11 millones de habitantes como informó el Gobierno, sino de 10,48 millones de habitantes. O sea, que en 30 meses Cuba perdió casi la quinta parte de sus habitantes, un 18,8%.
Eso más que duplica a los 715.000 emigrantes cubanos en las oleadas en los 62 años anteriores; 260.000 entre 1959 y 1962; otros 300.000 entre 1965 y1973; unos 125.000 por el Mariel en 1980, y 30.000 en la crisis de los balseros en 1994. Si a eso se suman los que ha emigrado entre oleada y oleada son más de 2,5 millones los emigrantes cubanos desde 1959.
De Venezuela, con la dictadura chavista, han emigrado más de seis millones de personas, pero ese país tiene 29,4 millones de habitantes (en 2024), y no ha registrado en 30 meses una estampida de 5,5 millones de venezolanos emigrantes equivalente al 18,8% de la población total.
Sin los Castro Cuba tendría hoy 18 millones de habitantes o más
Veamos otro ángulo elocuente de este fenómeno. Si los Castro no hubiesen implantado el comunismo hoy Cuba tendría 18 millones de habitantes, o más. Y digo 18 millones, no al azar, sino porque en 1958 Chile y Cuba tenían un tamaño de población muy similar, con 7,2 y 6,8 millones de habitantes, respectivamente, y hoy el país andino tiene 19,5 millones de habitantes.
Por otra parte, antes de la plaga castrista la Isla era un imán de inmigrantes y no un emisor de emigrantes. Desde 1902, hasta 1930, llegaron a Cuba 1,3 millones de inmigrantes, según el antiguo Ministerio de Hacienda cubano.
Y repito lo dicho en ocasiones anteriores: en esos 28 años a Cuba llegaron 774.123 inmigrantes españoles, 190.046 haitianos, 120.046 jamaicanos, 34.462 estadounidenses, 19.769 ingleses, 13.930 puertorriqueños, 12.926 chinos, 10.428 italianos, 10.305 sirios, 8.895 polacos, 6.632 turcos, 6.222 franceses, 4.850 rusos, 3.726 alemanes y 3.569 griegos.
Luego llegaron también libaneses, palestinos, judíos, rumanos, húngaros, filipinos y mexicanos (sobre todo de Yucatán). Y en 1958 en la embajada de Cuba en Roma había 12.000 solicitudes de visa de italianos deseosos de emigrar a la Isla. Todos iban para sumarse al auge económico de Cuba como empresarios, profesionales, o empleados.
Revisando estadísticas se descubren otros «logros de la revolución». Cuba superó en 1984 la barrera de los diez millones de habitantes, y no fue hasta 1997 que alcanzó los 11 millones. Luego tuvieron que pasar 17 años más para alcanzar los 11,33 millones. Después no solo no llegó a los 12 millones, sino que ha perdido 2,71 millones de habitantes.
La emigración crece y las mujeres ya no quieren tener hijos
Lo peor es que una emigración tan abrumadora empeora la crisis demográfica que también sufre Cuba desde hace algunos años por causas endógenas, es decir, no relacionadas con la emigración. Y es que, paralelamente con el éxodo de cubanos, en la Isla hay cada vez menos nacimientos que muertes.
Hace unos días el Ministerio de Salud Pública informó que en el primer semestre de 2024 hubo casi 8.000 nacimientos menos que en los primeros seis meses de 2023, año en el que se registraron 90.300 nacimientos, la cifra más baja desde 1959.
Quienes tenemos más edad recordamos que en los primeros años del castrismo, y al compás de los cantos de sirena del Embaucador en Jefe, se produjo en Cuba un baby boom, una eclosión de nacimientos.
Pero no duró mucho. En la década del 70 se detuvo la marea de bebés. No solo eso, la tasa de natalidad del país por primera vez en su historia cayó por debajo de 2,1 hijos por mujer fértil, la mínima para que la población de un país se reemplace a sí misma y no disminuya.
Estadísticas del Banco Mundial muestran que hoy en Cuba la tasa de natalidad es de 1,45 hijos por mujer fértil. Es con mucho la menor América Latina, cuyo promedio es de 2,1 hijos por mujer. Por ejemplo, en Argentina es de 2,3 hijos, en Guatemala (3,0), Perú (2,4), Honduras (2,5), Ecuador (2,5).
Claro, es lógico que hoy las mujeres en Cuba no quieran tener hijos. No desean que vengan a pasar hambre y necesidades, crecer raquíticos, enfermizos, bajitos, paliduchos, algo retardados mentalmente, mal vestidos, sin juguetes, etc.
La UNICEF ya reveló que el 9% de la población infantil de Cuba «sufre de pobreza grave», pues de los ocho alimentos necesarios para una vida sana solo reciben dos como máximo. Y que el 33% de los menores de cinco años solo reciben tres o cuatro de esos alimentos, lo cual puede causar «daños muy graves para la supervivencia infantil, el crecimiento físico y el desarrollo cognitivo».
Esta crisis demográfica cubana es muy lesiva porque está atenazada por dos brazos implacables: 1) la emigración masiva de ciudadanos en edad laboral; y 2) una tasa de natalidad muy baja que reduce la población total y la envejece.
Es decir, en Cuba hay cada vez menos fuerza de trabajo, menos gente produciendo alimentos y de todo lo necesario en un país. Y el Estado, ya en la quiebra financiera, tiene cada vez menos recursos para sostener a los jubilados, sufragar los gastos de seguridad social, salud pública, educación, cultura, deportes, etc.
Pero lo más indignante es que el propio régimen promueve la emigración, por tres motivos: 1) menos bocas que alimentar, 2) menos inconformes capaces de organizar protestas; y 3) más dólares y paquetes a recibir desde el extranjero. Estamos ante un gran crimen castrista.
En resumen, hoy cobra más vigencia que nunca la conclusión a la llegó el enorme José Martí: «Cuando un pueblo emigra, el Gobierno sobra». Raúl Castro y sus apandillados sobran, deben pagar por sus crímenes, o por lo pronto, ¡irse ya!